“Mantener
al día las estadísticas de su escuela, someter los informes que le sean
requeridos y divulgar información sobre los ofrecimientos, los logros obtenidos
y las necesidades de la escuela” (Ley orgánica del Departamento de Educación de
Puerto Rico). “El Secretario mantendrá y tendrá a su cargo aquellos servicios
de estadísticas vitales y aquellas que fueren necesarias para el desempeño de
sus funciones, y todos aquellos otros servicios necesarios, para la protección,
cuidado, mejoramiento y conservación de la salud pública…” (Ley orgánica del
Departamento de Salud de Puerto Rico).
Las dos citas anteriores hacen una referencia muy clara a las funciones indispensables
que tiene el gobierno en cuanto a la recopilación, generación, interpretación,
uso y publicación de las estadísticas.
Estas dos agencias de enorme importancia para la salud y la educación tienen
por obligación que generar y publicar estadísticas. De igual forma, hay muchas otras agencias a
las cuales, sus leyes orgánicas, les obligan a realizar procesos
estadísticos. Queda muy claro entonces, que
la responsabilidad última de las funciones estadísticas del gobierno no se pude
delegar a entidades externas. De hecho, según
establece Nicholas Eberstadt, miembro del Hamilton Project (grupo que promueve
el crecimiento y la prosperidad en América), es todo lo contrario, pues el
sector privado es uno de los que más se beneficia de la producción de
estadísticas por parte del gobierno. Eberstadt
menciona la estandarización y la consistencia como algunas de las ventajas
claves de la producción de estadísticas por parte del gobierno.
Ahora bien,
los ejemplos anteriores también sirven para ilustrar que las estadísticas no
solo son económicas o de índole fiscal.
Querer enmarcar la producción estadística solamente bajo los temas
económicos y fiscales es un error de visión y diseño. Querer clasificar al Instituto de Estadísticas
dentro de funciones exclusivamente dirigidas al desarrollo económico es volver
al siglo pasado. Obviamente, las
estadísticas de salud, educación, justicia y ambiente son importantes para el
desarrollo de nuestra economía, pero nos es un sistema cerrado, sino todo lo
contrario. No es posible entonces
colocar a este tipo de entidad bajo una institución de un tema en específico. Solo basta con hacerse la siguiente pregunta,
si el Instituto de Estadísticas le responde a otra agencia, ¿quién se asegurará
de que las estadísticas que produce dicha agencia sean completas, confiables y
de rápido y universal acceso?
También es
este el momento perfecto para repasar una parte crucial de la visión del
Instituto “Respaldará objetivamente la gestión gubernamental… y estimulará la
capacidad investigativa entre las nuevas generaciones”. El Instituto tiene un Programa de Internado
por el cual han pasado decenas de estudiantes y que ha fomentado la capacidad
de investigación científica en sus participantes. De hecho, muchos de los egresados de ese
programa han sido reclutados por empresas prestigiosas en diversos campos del
saber humano. En adición, el Instituto
tienen un Programa de Academias y Talleres que ha educado a cientos de
empleados gubernamentales en las metodologías y herramientas más recientes para
los procesos estadísticos; pero, a diferencia de otras agencias que también
ofrecen cursos y educación, los cursos de este programa son libre de costo para
el gobierno.
Debemos
recordar las palabras de Theodore Roosevelt, el Presiente número 26 de los
Estados Unidos de América “The government is us: we are the government,
you and I”. ¿Desea usted que el poder de la información y
los datos resida en el pueblo, en nosotros, o desea cederle ese poder a un ente
externo? Estoy bastante seguro de cuál
será su contestación. Los invito a
visitar el Inventario de Estadísticas del Instituto en: https://estadisticas.pr/inventario-de-estadisticas. Piense por un momento, ¿hay alguna entidad
externa al gobierno que le pueda proveer tal cantidad y diversidad de datos e información?
Seguramente, estará usted pensando la respuesta por mucho, mucho tiempo.