jueves, 19 de octubre de 2017

Fallout Puerto Rico


        Si usted es gamer probablemente tenga una idea del escrito a continuación; pero si usted no es gamer, no hay problema, le explicaré brevemente. Existe una serie de videojuegos que tratan sobre mundos post-apocalípticos, es decir, mundos luego de desastres de gran magnitud. Uno de los juegos de esa serie trata sobre la vida, en un lugar de Estados Unidos, luego de una guerra nuclear.  Como se podrán imaginar, es un mundo en donde hay mucha destrucción, y tanto las obras hechas por el ser humano, como la creación de la madre naturaleza, están irreconocibles.  En este mundo hay escasez de agua potable, comida, ropa, medicinas y seguridad, entre otros.  Para poder sobrevivir el jugador tiene que, entre otras cosas, construir sistemas de extracción y filtrado de agua, construir viviendas, construir generadores eléctricos, establecer sistemas de seguridad y negociar la compra y venta de artículos esenciales con otros sobrevivientes; de hecho, hay un perk (habilidad especial) que le permite al jugador obtener rebajas y mejores precios al comprar los artículos (que por lo general están a sobreprecio y en pocas cantidades).  Las construcciones de objetos o maquinarias se realizan utilizando chatarra o artículos que el jugador va encontrando en el camino.  Un aspecto interesante es que el jugador tiene que tomar decisiones, en ocasiones de índole ético, sobre qué acciones tomar para sobrevivir.  Por ejemplo, si en su recorrido encuentra a otras personas el jugador puede robarle los artículos y recursos (en muchas ocasiones deberá aniquilar a esa persona) o intercambiar artículos y colaborar mutuamente en beneficio de ambos.  También, al igual que sucede y ha sucedido en la historia de la humanidad, existen comunidades que han acaparado los recursos y otras con muy pocos recursos.  Otra peculiaridad es que existen los llamados vaults (o lugares seguros) en donde los humanos pueden vivir y estar protegidos de los peligros del exterior. En esos lugares los individuos se especializan en tareas específicas para producir por ejemplo, agua, energía, comida, textiles, y armas, entre otros.  Por otro lado, en los vaults también hay espacios para la diversión, hacer ejercicios, educarse y socializar, entre otros.  Fuera de los vaults el mundo es un lugar terrible y muy peligroso, llamado el wasteland.

El reciente paso de un huracán categoría 4-5, justo a través de Puerto Rico, ha sido realmente devastador. Prácticamente convirtió a Puerto Rico en un wasteland.  Es una versión real del videojuego que les acabo de describir.  Más de 25 días después de sufrir el impacto del ciclón muchos aún no tienen agua potable, prácticamente nadie tiene electricidad, hay escasez de ciertos alimentos, no hay gas, no hay hielo, comienzan a surgir enfermedades, hay escombros y basura por todas partes, ratas, moscas, mosquitos, animales realengos, hay problemas para obtener medicamentos y hay problemas de seguridad.  Salir de las casas durante la noche es en cierta forma arriesgado.  Al igual que en el videojuego, las personas salen todos los días a luchar y competir por los recursos.  Los ciudadanos intentan a toda costa conseguir generadores eléctricos, baterías y demás fuentes de energía. Hay largas filas para todo y en las carreteras la congestión es un verdadero wasteland; llegar hasta un lugar es un proceso que, si por ejemplo, antes tomaba 15 minutos, ahora puede tomar una hora.  Además, cabe señalar, que similar al videojuego, existe una zona con más y mejores recursos, en donde inclusive podría parecer que nada pasó; dicha zona no representa al resto de Puerto Rico.  Esta nueva versión de este videojuego podría llamarse Fallout Puerto Rico.



En Fallout Puerto Rico las personas sufrieron, en un abrir y cerrar de ojos, un cambio dramático en sus estilos de vida.  Tal parecería que desde la pseudo-modernidad retrocedieron varias décadas en el tiempo. Cientos de negocios, pequeños, medianos y grandes han colapsado y con ellos miles de personas han quedado desempleadas y sin ingresos económicos.  En Fallout Puerto Rico cientos de individuos están abandonando la comarca; no los culpo pues, ¿quién en su sano juicio no está en la constante búsqueda de una mejor calidad de vida para él y para sus seres queridos? Fallout Puerto Rico es tan real que puedes hasta sentir el dolor, el sufrimiento y la desesperación de sus personajes.

Pero, ¿cómo podemos ser exitosos en Fallout Puerto Rico? En este videojuego hay más probabilidad de ser exitoso si se administran bien los recursos y si se generan relaciones cordiales y de cooperación con otros sobrevivientes y con sus comunidades.  Específicamente, la verdadera clave para triunfar es la creación de comunidades con un alto grado de organización y liderazgo.  El jugador puede asociarse a una comunidad específica; usualmente es preferible asociarse a comunidades con líderes capaces de mover los recursos de manera inteligente, organizada, eficientemente, eficazmente y con prontitud.  En este videojuego el líder le asigna ciertas misiones al jugador.  Algunas  misiones son tan críticas que, de no cumplirse adecuadamente, el jugador pierde el juego.  En adición, estos líderes mantienen una comunicación constante, transparente y con estadísticas confiables.

Fallout Puerto Rico necesita de más líderes capaces de provocar verdaderos resultados hacia la normalización, dentro de un período de tiempo corto.  Los recursos necesarios parecen estar disponibles en diversas formas y lugares, pero encontrarlos y acceder a ellos parece ser un proceso casi tan lento como la búsqueda de chatarra que hace el jugador durante su recorrido en el wasteland.  Vencer en esta versión de Fallout es posible pero a veces para poder vencer en un videojuego hay que cambiar de estrategia antes que sea demasiado tarde.

miércoles, 28 de junio de 2017

Graduaciones, Estadísticas y Empleo

Graduaciones, Estadísticas y Empleo
Dr. Orville M. Disdier Flores

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Acaba de ocurrir nuevamente, la época de togas, birretes y festejos.  Junto a la celebración se escuchan frecuentemente las siguientes preguntas: ¿Cuál es la ocupación de mayor empleo? y ¿Cuál ocupación es la que mejor paga? Desafortunadamente, frecuentemente estas preguntas reciben contestaciones basadas puramente en experiencias particulares y anécdotas de familiares y amigos.  No obstante, y aunque no hay una contestación infalible, el recurrir a los datos estadísticos permite emitir recomendaciones basadas en la evidencia. Repasemos brevemente lo que nos sugieren las estadísticas de educación y empleo para Puerto Rico.
Según las estadísticas del Departamento de Educación de Puerto Rico, cerca de 25,250 estudiantes se gradúan anualmente de la escuela superior pública.  Por su parte, los datos del Consejo de Educación de Puerto Rico (CEPR) señalan que cerca de 13,500 estudiantes se gradúan anualmente de la escuela superior privada.  En cuanto al nivel Postsecundario No Universitario (PSNU), los informes del CEPR exponen que anualmente unos 27,700 estudiantes se gradúan de carreras técnico-vocacionales.  El 70% de los egresados del nivel PSNU pertenecen a los programas de cosmetología y artes culinarias (35%), profesionales de la salud (24%), y mecánica y reparación (11%).
Por otro lado, en su Compendio Estadístico de Educación Superior, el CEPR informa que anualmente las instituciones de educación de nivel Postsecundario Universitario otorgan cerca de 50,500 grados universitarios (desde Grado Asociado hasta Doctorado).  La mayoría de estos grados (58%) se clasifican bajo el campo de profesiones y ciencias relacionadas con la salud (33%), seguido por administración, gerencia, mercadeo y administración (15%), y por servicios personales (10%).  Por el contrario, ocupaciones relacionadas al campo de historia, ciencias bibliotecarias, matemáticas y estadísticas, y tecnología de las ciencias suman menos del 1% del total de grados conferidos.  Un dato adicional es que el 61% de los grados universitarios fueron otorgados a egresados del género femenino.
En cuanto a las ocupaciones, el Informe de Tendencias y Destrezas Ocupacionales del Mercado Laboral, publicado por el Departamento del Trabajo, expone que las 5 ocupaciones de mayor empleo son: Vendedores minoristas, cajeros, empleados de limpieza, guardias de seguridad, y asistentes administrativos.  La remuneración de estas ocupaciones fluctúa entre $8.31 y $10.03 por hora, y para la mayor parte de estas, no se requiere un grado universitario.  De igual forma, este informe señala que las 5 ocupaciones con el salario más alto son: Médicos cirujanos y psiquiatras, ejecutivos en jefe, controladores de tráfico aéreo, gerentes de producción industrial, y directores de arquitectura e ingeniería.  El salario de estas ocupaciones fluctúa entre $46.29 y $116.11 por hora, pero en términos generales, requieren de un grado universitario, lo que abona a la importancia de la educación para mejorar la probabilidad de obtener un empleo de mayor remuneración.  
Pero además de los conocimientos adquiridos a través de la educación formal, y de considerar su posible alineamiento con el mercado laboral, es importante recordarles a nuestros graduados lo imprescindible que es el desarrollar ciertas destrezas y competencias.  Además de las destrezas usuales de puntualidad, responsabilidad y de interés hacia el servicio al cliente, el mercado actual exige aún más.  Entre estas exigencias se encuentran el trabajo en equipo, manejo de proyectos, pragmatismo (aplicación de lo aprendido al mundo real), y manejo de datos información y estadísticas.  Afortunadamente, muchas de estas destrezas y competencias pueden desarrollarse a través de talleres y educación continuada, aunque idealmente deberían formar parte de los currículos postsecundarios.       
Finalmente, a través del siguiente enlace puede acceder a la presentación titulada “Características que Requiere el Egresado del 2020”, la cual brinda más información sobre el desarrollo de destrezas y competencias necesarias: https://www.slideshare.net/ODISDIER/caractersticas-que-requiere-el-egresado-del-2020?qid=be9dff6c-3740-4ba6-8d00-e076298728dc&v=&b=&from_search=11.

jueves, 26 de enero de 2017

A Career in Math Statistics and Data Science: A Bright Future

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Inglés, Español y Ciencias
Dr. Orville M. Disdier
Educador, epidemiólogo, researcher

Nelson Mandela nos advirtió sobre la importancia del lenguaje para el éxito social: “Si le comunicas un mensaje a una persona en un idioma distinto al suyo pero que pueda entender, ese mensaje llegará a su mente, pero si lo haces en su propio idioma, el mensaje llegará a su corazón”.  Y es que la comunicación efectiva es cada vez más importante para lograr la empatía social y por consiguiente establecer relaciones económicas productivas con otros individuos y con otras sociedades. De hecho, el pasado secretario de educación de los Estados Unidos, Arne Duncan, en una ponencia que ofreció en el año 2010 en la Universidad de Maryland, reconoció que la nación solo prosperará económicamente si el sistema educativo k-12 enfatiza en el dominio proficiente de más de un idioma y en el perfeccionamiento de las destrezas en las ciencias.

Por otro lado, aunque aún no se comprende bien cuál es el mecanismo exacto, cada vez son más los estudios que sugieren que la enseñanza efectiva de más de un lenguaje y de destrezas científicas mejoran significativamente las capacidades cognitivas y las probabilidades de éxito de los estudiantes.  Los análisis preliminares que he podido realizar, utilizando datos reales del sistema de educación pública de Puerto Rico, parecen apoyar la importancia del dominio de lenguajes y de las ciencias para el éxito.  Los resultados sugieren que, de todas las variables modificables (como lo es el aprovechamiento académico en las diversas materias, la asistencia y la disciplina), las más importantes para predecir la probabilidad de que un estudiante logre los requisitos para graduarse a tiempo, lo son el desempeño en los cursos de inglés, español y ciencias, en ese mismo orden.  En otras palabras, los estudiantes proficientes en estas materias tienden a tener éxito escolar.  Esta tendencia se mantiene independientemente del nivel socioeconómico del estudiante.


Parece ser entonces que, promover el dominio adecuado de más de un idioma, podría ser una muy buena idea, al igual que expandir el acceso a programas especializados en ciencias. Si lo que los datos nos sugieren es cierto, esto redundaría en mayores tasas de graduación y retención, y en menores tasas de abandono escolar.  Claro está, que este enfoque se tiene que hacer sin usurparle recursos al resto de los programas y cursos (como por ejemplo las bellas artes y la educación física) pues sería “desvestir a un santo para vestir a otro”.