Si
usted es gamer probablemente tenga una idea del escrito a continuación; pero si
usted no es gamer, no hay problema, le explicaré brevemente. Existe una serie
de videojuegos que tratan sobre mundos post-apocalípticos, es decir, mundos
luego de desastres de gran magnitud. Uno de los juegos de esa serie trata sobre
la vida, en un lugar de Estados Unidos, luego de una guerra nuclear. Como se podrán imaginar, es un mundo en donde
hay mucha destrucción, y tanto las obras hechas por el ser humano, como la
creación de la madre naturaleza, están irreconocibles. En este mundo hay escasez de agua potable,
comida, ropa, medicinas y seguridad, entre otros. Para poder sobrevivir el jugador tiene que,
entre otras cosas, construir sistemas de extracción y filtrado de agua,
construir viviendas, construir generadores eléctricos, establecer sistemas de
seguridad y negociar la compra y venta de artículos esenciales con otros
sobrevivientes; de hecho, hay un perk
(habilidad especial) que le permite al jugador obtener rebajas y mejores
precios al comprar los artículos (que por lo general están a sobreprecio y en
pocas cantidades). Las construcciones de
objetos o maquinarias se realizan utilizando chatarra o artículos que el
jugador va encontrando en el camino. Un
aspecto interesante es que el jugador tiene que tomar decisiones, en ocasiones
de índole ético, sobre qué acciones tomar para sobrevivir. Por ejemplo, si en su recorrido encuentra a
otras personas el jugador puede robarle los artículos y recursos (en muchas
ocasiones deberá aniquilar a esa persona) o intercambiar artículos y colaborar
mutuamente en beneficio de ambos.
También, al igual que sucede y ha sucedido en la historia de la
humanidad, existen comunidades que han acaparado los recursos y otras con muy
pocos recursos. Otra peculiaridad es que
existen los llamados vaults (o
lugares seguros) en donde los humanos pueden vivir y estar protegidos de los
peligros del exterior. En esos lugares los individuos se especializan en tareas
específicas para producir por ejemplo, agua, energía, comida, textiles, y
armas, entre otros. Por otro lado, en
los vaults también hay espacios para
la diversión, hacer ejercicios, educarse y socializar, entre otros. Fuera de los vaults el mundo es un lugar terrible y muy peligroso, llamado el wasteland.
El
reciente paso de un huracán categoría 4-5, justo a través de Puerto Rico, ha
sido realmente devastador. Prácticamente convirtió
a Puerto Rico en un wasteland. Es una versión real del videojuego que les
acabo de describir. Más de 25 días
después de sufrir el impacto del ciclón muchos aún no tienen agua potable,
prácticamente nadie tiene electricidad, hay escasez de ciertos alimentos, no
hay gas, no hay hielo, comienzan a surgir enfermedades, hay escombros y basura
por todas partes, ratas, moscas, mosquitos, animales realengos, hay problemas
para obtener medicamentos y hay problemas de seguridad. Salir de las casas durante la noche es en
cierta forma arriesgado. Al igual que en
el videojuego, las personas salen todos los días a luchar y competir por los
recursos. Los ciudadanos intentan a toda
costa conseguir generadores eléctricos, baterías y demás fuentes de energía.
Hay largas filas para todo y en las carreteras la congestión es un verdadero wasteland; llegar hasta un lugar es un
proceso que, si por ejemplo, antes tomaba 15 minutos, ahora puede tomar una
hora. Además, cabe señalar, que similar
al videojuego, existe una zona con más y mejores recursos, en donde inclusive
podría parecer que nada pasó; dicha zona no representa al resto de Puerto
Rico. Esta nueva versión de este
videojuego podría llamarse Fallout Puerto
Rico.
En Fallout Puerto Rico las personas
sufrieron, en un abrir y cerrar de ojos, un cambio dramático en sus estilos de
vida. Tal parecería que desde la pseudo-modernidad
retrocedieron varias décadas en el tiempo. Cientos de negocios, pequeños,
medianos y grandes han colapsado y con ellos miles de personas han quedado
desempleadas y sin ingresos económicos.
En Fallout Puerto Rico cientos
de individuos están abandonando la comarca; no los culpo pues, ¿quién en su
sano juicio no está en la constante búsqueda de una mejor calidad de vida para
él y para sus seres queridos? Fallout
Puerto Rico es tan real que puedes hasta sentir el dolor, el sufrimiento y
la desesperación de sus personajes.
Pero, ¿cómo
podemos ser exitosos en Fallout Puerto
Rico? En este videojuego hay más probabilidad de ser exitoso si se
administran bien los recursos y si se generan relaciones cordiales y de
cooperación con otros sobrevivientes y con sus comunidades. Específicamente, la verdadera clave para
triunfar es la creación de comunidades con un alto grado de organización y
liderazgo. El jugador puede asociarse a
una comunidad específica; usualmente es preferible asociarse a comunidades con
líderes capaces de mover los recursos de manera inteligente, organizada,
eficientemente, eficazmente y con prontitud.
En este videojuego el líder le asigna ciertas misiones al jugador. Algunas
misiones son tan críticas que, de no cumplirse adecuadamente, el jugador
pierde el juego. En adición, estos líderes mantienen una comunicación constante, transparente y con estadísticas confiables.
Fallout
Puerto Rico
necesita de más líderes capaces de provocar verdaderos resultados hacia la
normalización, dentro de un período de tiempo corto. Los recursos necesarios parecen estar
disponibles en diversas formas y lugares, pero encontrarlos y acceder a ellos parece ser un proceso casi tan lento
como la búsqueda de chatarra que hace el jugador durante su recorrido en el wasteland. Vencer
en esta versión de Fallout es posible pero a veces para poder vencer en un
videojuego hay que cambiar de estrategia antes que sea demasiado tarde.